Recorrido por la exposición ET OMNIA VANITAS en la segunda planta de La Regenta.
Recorrido por la exposición ET OMNIA VANITAS en la primera planta de La Regenta.
Recorrido por la exposición ET OMNIA VANITAS en la segunda planta de La Regenta.
Recorrido por la exposición ET OMNIA VANITAS en la primera planta de La Regenta.
Aquellas cosas que tienen más valor en los testimonios de arte y que son dignas de confianza, esto es, aquellas que son principio y fundamento y, por tanto, "fuera" de los principios del alcance común, deberán ser tratadas "en lugar" o tal como se ven.
Para hablar propiamente, en cuanto a lo que el ver respecta, es un todo en lo que refiere y logra. Mirar, testimoniar, y por anticipación y afirmación vívida, contemplar, es el celoso fin de la suma que conduce al hacer de la verdad, fuente de todo saber.
Pensadores imputan a una falta de entendimiento, de método y estética, que no hay, las incoherencias y contradicciones. Es, en fin, la mala comprensión, la cerril creencia y la perversión de las doctrinas de una razón caduca, trasnochada y legado impotente de la ultima mitad siglo XX.
Se pudiera asegurar que ya fuera intencionalmente o no, y asimilando las teorías objetivas con las que los miembros de las actuales clases rectoras de la cultura se mueven y rentabilizan económicamente la conocida por ellos como creación; que eluden clara, explícitamente y sin más el arte. Lo condenan. A su disculpa: no lo reconocen, ni saben.
¿Que escoger?. La transmisión es un fenómeno continuo si se comulga con el todo. El mal mirar por ejemplo tiene que ver con lo que piensan los “creadores”esos, imaginerías de un modo mercenario e hipócrita.
La creación es, sin que nadie haya de crearla. Debemos traspasar sufrimientos y ataques, aunque no se diga nada. No se parecen y son lo mismo y así todas las cosas. Se justifican, creo. No puedo ver nada, que no llegue más allá de los sentidos claros. Arcilla que tiene que transformar en vida, Todo nos conduce a través de vías que sienten el amor, la amistad, la indiferencia, la mentira…al unísono.
Decían que los lugares que en el ayer vimos, al sentirse más y menos en el fin, purifican cada instante; un ahora que todos, uno, principio… y que los cuerpos también exhalan. ¡Qué raro!, uno está permanentemente recibiendo y dando muerte. Creo que, por ejemplo, hasta en los estertores, en el caso del artista, uno está viviendo intensa y continuamente su muerte.
Podemos darnos cuenta de que en el mal, el odio, la locura… la ceguera, también el vínculo es lúcido y sombrío. Continuamente se regenera y limpia, renace y describe las cosas un modo peculiar y fugaz, que se transforma en un modo de saber. Si no me engaña, lo que quiere decir, es, sin embargo, en sus destellos, a su pesar, su fin. Aunque a veces sea o parezca terrible, se me presenta como algo que envuelve la luz y otorga al arte su razón de ser.
Texto de Alejandro Reino para el catálogo de ET OMNIA VANITAS